En el artículo de Lluís
Anglada publicado en El Profesional de la información y titulado
"¿Son
las bibliotecas sostenibles en un mundo de información libre,
digital y en red?", la conclusión fue impactante: "(...)
si la generación actual de bibliotecarios no es capaz de introducir
cambios radicales en el papel de las bibliotecas, su continuidad está
seriamente amenazada."
El
cambio digital está entre nosotros, las bibliotecas están cada vez
más vacías y los usuarios más independientes, aunque claramente,
muchos siguen carentes de alfabetización informacional y se
encuentran cada vez más “googlizados” y sociales.
Yo
me pregunto si hemos hablado con ellos lo suficiente, si les hemos
preguntado lo que quieren, si los hemos observado...pero sobre todo,
y si no es así, ¿por qué no lo hemos hecho?
¿Cuánto
de lo que hacemos lo conversamos con nuestros colegas? ¿Formamos un
equipo de trabajo con el que acostumbremos planificar siempre lo que
hacemos?
El trabajo hoy es
colaborativo, aunque no queramos, si no nos acostumbramos a trabajar
en equipo y de manera interdisciplinaria, así como cuando se realiza
una investigación, el tabajo no tendra el éxito buscado. Los
productos y servicios, deben ser enfocados de manera integral para
poder solucionar las diversas y complejas realidades que presenta la
información.
Por
eso, estoy muy de acuerdo con Angalda, y creo que a menos que hagamos
algo a tiempo, los usuarios reales de las bibliotecas dejarán de
serlo, y aunque ellas ofrezcan una versión de acceso presencial y
otra virtual, nuestro rol y servicios quedarán en segundo plano.
¿Nos ganará la tecnología en algún punto?
Todavía no tenemos una
visión clara de qué es exactamente lo que traerá el Acceso abierto
a los contenidos digitales de interés cultural, científico y
académico. Sin embargo, lo esperable es la necesidad de mayor
control de datos y de su puesta a disposición en la red, de tomar
recaudos para su almacenamiento y seguridad, o de lineamientos
legales respecto de los derechos del autor y del acceso a la
información.
Se acerca la
liberación de miles de terabytes de datos provenientes de las
consecuencias de la política del movimiento de Acceso abierto al
conocimiento y a los recursos educativos abiertos (REA o su popular
sigla en ingles OER de Online Educative Resources). Las bibliotecas
del mundo deberán gestionar y afrontar esa potencialidad
informativa, o bien, capitalizarla en informaciones útiles para
nuestros usuarios del modo que sea necesario.
Cuando
hablamos de capitalizar, nos referimos a la incorporación de
tecnologías y protocolos de interoperabilidad, estudios
bibliométricos, generación de índices, vigilancia informativa,
minería de datos, estadísticas, contribución a la calidad
documental, regulación y generación de contenidos sociales,
diseminación de contenidos, sindicación etc, etc. Básicamente,
deberíamos ser capaces de transformar en servicios todo ese
potencial que será prácticamente inabarcable si no se crean
verdaderas ayudas.
La sostenibilidad para
las bibliotecas, ese equilibrio fundamental entre el costo y el
benficio, estará cada vez más signado por la prestación de
servicios.
Las herramientas para el
acceso a contenidos y la gestión independiente de los mismos a
través de la Web 2.0, generó un caudal infinito de posibilidades de
software de uso libre, quién si no es el Bibliotecario el que deberá
enfatizar en el uso de herramientas gratuitas para el aprovechamiento
de los contenidos digitales específicos para cada usuario y sus
intereses.
Shiyali Ramamrita
Ranganathan expresaba en su segunda Ley de la Biblioteconomía: “A
cada lector su libro”; hoy decimos: “a cada usuario sus recursos
de información”.
Para lograrlo, debemos
crear, proponer e innovar, pero sobre todo, generar servicios útiles
y darles seguimiento para poder evaluar lo que estamos haciendo.
Creo que existe
incertidumbre en la Bibliotecología,
pero sobre todo, creo probable que los problemas que pueden
generarse serán más graves en caso de que la gestión de los datos
no se realice de manera adecuada, o que los bibliotecarios no incidan
en su realidad, asumiendo un rol pasivo.
Como en todas las
profesiones, en la Bibliotecología siempre hubo de todo, hay quienes
generan productos y servicios, y van delante; así como otros se
quedan atrás por no acualizarse, o asumir el contexto chatamente,
sin opinar, sin hablar, sin decir nada de más. Sin darse mucho
contra los muros que nos limitan mentalmente, como diría Steve Jobs.
Lo que sucede
actualmente, tiene que ver con que ya nadie puede quedarse atrás.
AVISO: Estamos globalizados, ¡nos guste o no!, así que ¡despertemos
Bibliotecarios! Esta realidad también corre para los contextos donde
actuamos.
Hablamos de globalización
en el sentido de integración, con todo lo que eso conlleva en el
mundo, con las posibles similitudes entre países desde las
soluciones tecnológicas, pero también con sus grandes diferencias
en la dimensión social, cultural, política y económica. En este
sentido, Internet, democratizó el acceso para quienes tienen acceso.
Y aunque esa frase suene irónica, la democratización del acceso es
hoy cada vez mayor.
Un dato destacable es que
Internet permitió el aumento de la transparencia en la conducta de
los referentes de poder, y se constituyó en un mecanismo habilitante
de la construcción de sociedades un poco más democráticas.
Quiero dejar sentado
que hay un elemento que nos permite confiar en el futuro como ningun
otro:
La información y su
utilización siempre serán el insumo y el motivo principal de la
existencia de nuestra profesión de bibliotecarios, hoy se nos conoce
como “Profesionales de la información”, y cambiaron ya mucho
nuestras estructuras educativas con esta finalidad.
Por ello, la
actualización y la Gestión para el beneficio de la comunidad, sin
dudas deberán ser nuestras banderas si queremos “sobrevivir” al
contexto que nos toca, los pasos ya comenzaron a darse.
Quiero mencionar dos
organizaciones que están trabajando con esta situación de progreso
inminente para los profesionales de la información. Ellas son la
IFLA, y hablaremos del caso puntual y destacado de la Asociación de
Bibliotecólogos del Uruguay.
La IFLA (International
Federation of Library Associations) está realizando una importante
movida entre los bibliotecarios de todo el mundo, buscando consensos
y opiniones a través de un portal creado para mostrar y discutir su
informe de tendencias de 2013 (¿Surcando
las olas o atrapados en la
marea? Navegando en el entorno en evolución de la información).
Su finalidad es ofrecer recursos para la reflexión y el aporte de
ideas, a fin de poder incorprar decisiones en el organismo para
agregar contenidos al informe y beneficiar así a todas las
representaciones de bibliotecarios nucleados a nivel mundial.
El sitio se encuentra en:
http://trends.ifla.org Sus
temas de discusión se centran en 5 ejes de interés a los que
cualquier bibliotecario puede acceder, conocer, descargar
bibliografía generada en cada tema, e ingresar a los foros de
opinión para integrarse.
Por su parte, la
directiva de la Asociación de Bibliotecólogos del Uruguay, viene ya
hace tiempo realizando un trabajo constante hacia la búsqueda de
soluciones para los problemas del acceso digital con una visión
internacional, acoplada con una realidad cada vez más globalizada,
vigilante de las acciones de IFLA y participante también de sus
actividades, con el sacrificio económico que conlleva para una
Asociación pequeña, y en la que los esfuerzos individuales son más
frecuentes y han pesado, muchas veces, más que los colectivos.
Ser Bibliotecólogo en
cualquier continente del mundo, cada día más parece no tener
diferencias significativas, por el contrario, las herramientas de la
modernidad, nos han dado a todos una cantidad interesante de
problemas en común a ser resueltos de la manera más creativa,
rápida e informada posible.
Uno de los temas con
mayor auge y urgencia, es el de las implicancias del derecho de autor
en la era digital.
Este es un asunto en el
que los intermediarios, los creadores, y el derecho de acceso a la
información (defendido principalmente por las bibliotecas), están
riñendose hace años sin una solución que conforme a todos.
En un próximo post
conversaremos con la Licenciada en Bibliotecología Carina Patrón,
Ex-presidenta de Asociación de Bibliotecólogos del Uruguay, quien
llevó adelante junto con la Directiva las negociaciones necesarias
para dar mayor soporte legal a las acciones vinculadas en Uruguay con
el Derecho de autor y el entorno digital.